NUEVA YORK – Por primera vez desde el atroz asesinato del quinceañero dominicano Lesandro "Junior" Guzmán Feliz el pasado 20 de junio, los acusados y presuntos miembros de la temida pandilla Trinitarios se presentaron en grupo ante un juez en una corte criminal de El Bronx.
El magistrado Robert Neary ordenó a los imputados que constataran sus declaraciones antes de la próxima audiencia de importancia para el caso, pautada para el 21 de diciembre.
Diego Suero, el presunto líder de la pandilla Trinitarios, habría declinado someterse a las pruebas de ADN programadas para la próxima semana, según reportes, lo que generó indignación y sospecha entre los padres de Junior.
De acuerdo con la investigación, Suero sería quien ordenó el asesinato del adolescente tras confundirlo con el miembro de una pandilla rival.
Leandra y su esposo Lisandro Guzmán estuvieron presentes durante toda la audiencia, que duró horas, junto a más de una docena de familiares y amigos cercanos, quienes tuvieron que abandonar la sala debido a la falta de especio en la corte criminal.
“Justicia para mi hijo Junior”, expresó la madre una y otra vez al entrar al tribunal.
Aunque estaba previsto que se presentaran los 14 acusados en corte, José Tavares Rodríguez, Daniel Fernández y Federico Then no comparecieron. No está claro por qué los sospechosos no acudieron a la audiencia.
apoyo de familiares y amigos, quienes se manifestaron con pancartas y megáfonos frente a la Corte Criminal de El Bronx. “Pidamos justicia para mi hijo Junior”, añadió la madre.
Feliz vestía un abrigo color negro con citas bíblicas y una fotografía de Junior, además de un relicario con imágenes del joven aspirante a oficial de policía.
“Me siento mal porque es un día muy feo para mí viéndolos a ellos, cara a cara frente a los asesinos de mi hijo, pero la pido a Dios que se haga justicia”, dijo el padre de Junior, quien también vestía de negro.
Los manifestantes marcharon unas tres millas desde la Corte hasta la bodega en la que fue asesinado el joven dominicano, en Bathgate Avenue, en la sección de Belmont.
“Me dejaron muerta en vida y mi corazón roto”, dijo Feliz. La madre clamó a los padres que se unan en su cruzada contra la violencia de pandillas, para evitar “más asesinatos de niños”.
Pero la madre no solo expresó su indignación en las calles, también dentro del tribunal. Cuando el sospechoso Kevin Álvarez apareció en la sala, la madre gritó en español "¡Abusador!".
Los oficiales le pidieron que guardara silencio y le recordaron la orden del juez acerca de mantener el orden en el tribunal.
La audiencia de diciembre será la antesala de preparación para el inicio del juicio, que comenzará en febrero.
Los 14 acusados encaran cargos de asesinato y enfrentan una sentencia de cadena perpetua si son hallados culpables.
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